La Cartagena de Rafael Núñez: la quietud
del siglo XIX
por
Jhonatan Stiven Durango Durango
La independencia trajo consigo, para todo
el territorio latinoamericano, grandes cambios y, en gran medida, pobreza y
miseria. Lo que se pensaba como algo necesario para mejorar la vida de los
habitantes de continente, se consiguió la libertad, que tanto se profesaba,
pero esta trajo muerte y destrucción durante los años de guerra, para luego
dejar a la población con una administración poco capacitada y que no sabía
administrar los recursos del territorio, lo cual, los llevo a refugiarse en las
potencias foráneas para que explotaran dichos recursos sin que el gobierno o
los habitantes del país vieran el beneficio de sus recursos.
Cartagena, que para entonces era la
segunda ciudad más importante del territorio colombiano, era la entrada al
interior del país, era la que recibía todo lo que llegaba del extranjero y era
la ciudad más rica del territorio nacional. Pero todo esto terminaría con la
violencia desatada en los años de lucha independentista. Oleada tras oleada de hombres,
jóvenes o no, eran enviados a las filas del ejército de Bolívar, los que se quedaban
era para proteger a la ciudad en el ejército cartagenero. La guerra tocaría a
la ciudad en 1815 cuando el general Pablo Morillo se tomo la ciudad desde
agosto hasta diciembre en torno a la lucha independentista en su etapa de
reconquista española. Esta acción militar y en conjunto toda la guerra de
independencia, dejo como resultado un decrecimiento de al menos 6 mil
cartageneros, tanto muertos, exiliados y desertores, quedando la ciudad en una
crisis tanto poblacional, como higiénica y económica.
La crisis poblacional fue la más dura que
sufrió Cartagena, esta trajo consigo las demás. La notable disminución de
habitantes y la caída demográfica tan marcada en la ciudad se dio por varias
razones: la primera fue, obviamente, la guerra, la cual saco a los hombres
cartageneros de sus trabajos normales para luchar, ya fuere defendiendo su
patrimonio o yendo a otro lugar del territorio colombiano. Pero sin duda la
mayor expresión de la guerra que sufrió Cartagena fue el sitio de Morillo, que
dejo a la ciudad en manos del general español y luego la lucha de los patriotas
(o bolivarianos) por recuperar un baluarte de la revolución como era Cartagena;
la segunda fue el hambre, esta también podría ser atribuida al sitio de
Morillo, ya que por esto la ciudad no era abastecida como era necesario (el
contrabando no era muy constante y por la escasez los precios eran exorbitantes),
lo cual hizo que el hambre no se hiciera esperar y la población más vulnerable,
niños y ancianos, fueron los primeros en caer por este mal; la tercera fueron
las enfermedades, el cólera y la fiebre amarilla fueron las pestes que azotaron
a Cartagena en época independentista y que dejaron como saldo la crisis higiénica
antes mencionada porque al estar la ciudad en estado de sitio los cuerpos
infectados de las plagas eran arrojados a las calles esparciendo así la plaga a
las personas que estuvieran en contacto con los cuerpos, acrecentando la caída demográfica;
la última razón de la crisis demográfica sufrida en Cartagena fue la deserción,
los hombres y mujeres que lograban salir de Cartagena huían rápidamente a
lugares donde la guerra no los tocara, así estas personas trataban de salir del
país, en buena medida, o se iban a lugares donde la violencia desatada por la
guerra no estuviese tan crecida como lo estaba en su región. La crisis económica
se ve marcada por la poca o casi nula cantidad de navíos mercantes que llegaban
a la ciudad, siendo el comercio la fuente de vida económica de Cartagena, la crisis
era de esperarse. La poca cantidad de hombres disponibles para trabajar, la no llegada
de comerciantes (fueren nacionales o extranjeros) y la guerra hicieron que la economía
del puerto se estancara dejando en total crisis a la ciudad.
Con todo la independencia significo para Cartagena
una bendición porque así los recursos que la ciudad generaba terminaban, en
buena medida, en beneficios para la población cartagenera, pero también en una maldición
porque, como se verá más adelante, esta dejo a la ciudad en una crisis de la
cual no ha podido recuperarse.
Para la mitad del siglo XIX, Cartagena ya
no era la ciudad que era antes. El esplendor y la gloria con la que se cobijaba
esta ciudad para la época colonial ya no existía, solo era un puerto más para
el recién fundado país colombiano y que iba perdiendo importancia cada vez mas
frente al novedoso y mejor posicionado puerto de Sabanilla (Barranquilla) y en
menor medida frente a Santa Marta, al final Cartagena se termino convirtiendo
en el recuerdo de la colonia mejor conservado de todo el territorio colombiano.
La crisis dejada a la ciudad por la
guerra de independencia era notable, en especial por la pérdida del estatus que
tenía esta en todo el territorio nacional,
comerciantes de cada rincón del país se dirigían a Cartagena a vender
sus productos a extranjeros ingleses, franceses o estadounidenses, generando así
redes comerciales. Pero todo esto se perdería cuando las elites cartageneras aceptaron
los postulados de libertad impartidos por los jóvenes intelectuales de la
capital, cansados estos de los altos aranceles que las autoridades españolas
cobraban a los productos ingleses, así las autoridades cartageneras se
declararon libres de comerciar con quien quisieran, pero la guerra cayo y la
ciudad fue devastada, no físicamente pero si comercial y moralmente.
La crisis comercial sufrida por Cartagena
es lo más notorio de todo, pasó de ser el puerto y la ciudad comercial más
importante de Colombia a ser solo una ciudad igual a las demás, ni siquiera
conservo su estatus de puerto importante, no solo para el país sino para todo
lo anteriormente conocido como la América española, y paso a ser otro puerto
donde se podía llegar y donde muy pocos querían llegar. Y es el novedoso puerto
de Sabanilla estaba mejor posicionado que Cartagena, mejor posicionado en razón
a su cercanía y entrada al rio Magdalena, ya que Cartagena también tenía entrada
a este pero era una entrada que no había sido mejorada, estaba descuidada y mal
mantenida por parte del gobierno cartagenero y se encontraba en decaimiento por
las constantes crecidas del rio lo que traía arena y taponaba la entrada. Sabanilla
por su parte se encontraba a portas de la desembocadura del rio Magdalena lo
que hacía que su acceso a este fuera mucho más fácil, rápido y seguro, además este
puerto había sido acabado de abrir era mucho más novedoso y podía soportar el
desembarque de embarcaciones de mayor envergadura, así, Sabanilla llamo la atención
del gobierno nacional dejando atrás a Cartagena y llevando hacia ella la mayor
parte del comercio nacional, desplazando al otrora puerto más importante de
Colombia a un segundo plano y llegando para si toda la atención comercial
nacional e internacional.
Otra de las razones por las cuales Cartagena
fue perdiendo su importancia en el ámbito nacional fue la guerra de los
supremos. En este la ciudad se vio envuelta en una lucha contra su eterno rival
comercial: Santa Marta. Los dos puertos comerciales del país más importantes
durante el periodo de dominación española se enfrascarían en una lucha, en el
contexto de la guerra de los supremos, al estar Cartagena aliada al bando
constitucionalista y estar Santa Marta del lado de los rebeldes lo cual los
llevo al enfrentamiento. Esto de por si termino de hundir a Cartagena, ya que
la situación comercial de Cartagena termino peor, Santa Marta termino en las
mismas condiciones y esto le abrió completamente el camino a Sabanilla como la
nueva capital comercial de Colombia.
En este ambiente, lleno de dificultades y
olvidando el pasado glorioso de la ciudad nace y crece Rafael Núñez, viendo
como su ciudad se sumergía en la pobreza y en una crisis que hasta nuestros días
la condenaría y asfixiaría, de su pasado de lujos y gloria, Cartagena será la
mejor foto de la colonia española en América, con edificios en ruinas y una
ciudad que solo vive para una cosa: el turismo.
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